Generar inclusión para las personas con discapacidad es únicamente posible por medio de la accesibilidad. Esta accesibilidad hace referencia al nivel de autonomía o independencia en el que cualquier persona puede usar, comprar o tener un servicio sin que nadie lo ayude. Un ejemplo de ello es si ustedes no pueden abrir una lata por sí mismos, eso no es accesible, si ustedes no pueden caminar en las aceras sin que haya algún tropiezo o choquen con alguna barrera, eso tampoco es accesible.

La accesibilidad es importante ya que es la única manera en que se puede ejercer la inclusión, dado que la inclusión de las personas discapacitadas es la única que necesita de herramientas y ajustes necesarios de accesibilidad.

Para que se ejerza ese derecho de la inclusión, es importante conocer qué tan accesible se ha vuelto la información en nuestro entorno físico, social y a la vez, servicios, puesto que se está avanzando poco a poco. Ahora, todos podemos analizar en nuestras áreas de vivencia qué tan empáticos somos, como familia al estar pendientes de ellos, en el área de trabajo al ver qué tan empáticos somos al enseñarles algo nuevo o al recibirlos.

Dado lo anterior, para pensar en qué tan accesible podemos ser en nuestro país, primero hay que cambiar nuestro pensamiento y saber que “la discapacidad no es solo física”, que los expertos hagan accesibles sus productos y servicios, espacios y eventos, no dejando fuera las diferentes discapacidades, ya que, al tener una capacitación sobre estos temas, se toma en cuenta la opinión de las personas con discapacidades y la mentalidad cambia positivamente.

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